Porque todavía no pierdo la capacidad de asombro

miércoles, marzo 22, 2006

Tengo pena


8:10 am es muy temprano para llorar.

Metro, lentes oscuros, empañados.
Yo sé lo que todos dicen. Ya pasará.
Pero no está pasando y todavía me siento tan vacía.
Aunque haya reporteado el tema de la defensa de los perritos en las calles.
Aunque acabo de llegar a mi casa después de una comida con 7 excelente amigas.
Se me dio vuelta todo el almuerzo al suelo hoy.
Manché el libreto de taller con mi café.
Las teleseries no me acompañan.
Todas las canciones me llegan y todos los momentos de caminata son conectadas a un mp3 que no para y no descansa.
Yo tampoco.
Tengo pena.
Y odio mi blog porque siempre soy tan feliz en él.
Pero necesito escribir.
Que me lean.
Que me entiendan.
Y que sientan lo mismo que yo.

jueves, marzo 16, 2006

La mala costumbre de simplemente ser ...

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12 días pasaron, los puse a prueba porque sí!! sí hay gente que me lee y me espera. Entré a clases, me reencontré con todos y con Santiago, con mi departamento y finalmente con René. La emoción de volver a verlo después de dos meses y medio, pasar 24 horas juntos y sentir que nunca se fue. Bueno, casi. Aunque la emoción del minuto ya pasó, los días pasan y me trainciono, me supero y puedo llegar a ser más absorbente que una servilleta de los comerciales de Abolengo (ese barquito que chupaba toda el agua de un lago). Yo sé que me puede jugar en contra y me controlo, pero si se trata de querer, quiero, me enamoré y pucha como lo quiero.

También fui a Conce, y viajar de vuelta en la noche en auto, con la mú
sica fuerte y que a los dos nos gusta, verme grande en un Pronto del camino, sacando plata de un redbanc, esperando al lado de un auto mientras el otro va al baño. Verme como esas personas grandes que uno veía cuando recien comenzaba a pololear. Pero llego a Santiago y me junto con la Cony, entre comentando tonteras y nuestras vacaciones y darme cuenta que aunque por 21 años que tengamos, nos emocionamos con las mismos detalles de toda una vida, que no soy la tonta grave que podría ser a los 21, que me quedan dos años para salir de la universidad y aunque vaya asumiendo responsabilidades, quiero algún día tener una casa y abrir la puerta emocionada a mis visitas para que conozcan mis vasos de colores nuevos. No quiero nunca perder la capacidad de asombro, de emoción. Las ansias, el dolor en la guata, la dificultad para quedarse dormida cuando algo mañana va a pasar. Por más cansada que este. No quiero.

Mañana ejerceré finalmente como defensora estudiantil. (Oficial, porque ya estuve 10 días en gestiones). Por eso no había escrito, y porque tampoco me había dedicado a pensar que me había pasado estos días. Me gusta esto del blog.


sábado, marzo 04, 2006

Te veo mañana...


Sólo pensar que mañana, cuando me despierte, te voy a ver.
Que en 6 horas más, si Dios quiere, te voy a abrazar.
Recién me baja el nervio.
Me pongo pijama.
Después de dos meses y medio.
Mañana te veo...

 

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