We live for love

Vivimos para y por amor, como dice la canción de Pat Benatar (no es que yo sea ochentera en música pero mi papá pusó muchas veces la canción en el auto y me gusta). Porque puedo andar media romántica hoy, pero historicamente el amor es uno de los motivos o razones de las cosas más grandes en el mundo. Se puede viajar miles de kilometros por amor, se puede esperar mucho años por amor, se ha construido la historia por amor y se puede entregar hasta la vida por amor.

El findesemana fuimos a Conce al matrimonio de la hermana de René. Y aunque fue una ceremonia muy sencilla, lejos de niños cantores, avemarías, tiernas sobrinas llevando anillos o petalos de rosas, el momento en que la señora del registro civil dijo "Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y mujer", fue imposible no emocionarse y hacer un esfuerzo grande por no botar lágrimas (el rimel sí se corre). Yo no sé como lo haré para casarme sin llorar. Un valium seguro o un frasco de gotas de Bach. Es demasiado lindo pensar que aún haya miles y miles de personas que decidan, sin que nadie los obligue, a unir su vida con la de otra persona, que claramente no es perfecta, pero que al final da lo mismo porque ya soñaron la vida así y sin esa persona sería imposible. Es muy difícil quedar ajeno cuando alguien dice "sí, acepto".

Hoy rené me regaló flores.
Hoy yo estoy llena de amor.
We live for love.