Porque todavía no pierdo la capacidad de asombro

jueves, septiembre 20, 2012

Shanghai Baby

El año 2000, cuando estábamos en segundo medio, 15 años, una muy buena amiga y yo, rallamos con un libro recién publicado: Shaghai Baby, que en la misma China fue considerado como “decadente” por narrar las aventuras de una escritora china que cuenta todas sus historias amorosas, sexuales, triángulos y demaces, muy muy muy liberal para el “gigante asiático” como le dicen en la tele. Algo así como La Barrera del Pudor de Simonetti o La mujer de mi hermano de Jaime Bayly, pero chino. Rallamos con el libro y rallamos con las diferencias del mundo oriental y occidental. Sobre todo porque era el año 2000 y recién se estaba empezando a ver la influencia de la cultura gringa sobre Shanghai. Esa lola china era una loquilla.

La cosa es que ese libro no sé cómo llego a nuestras manos a Temuco, año 2000 y lo leímos y lo comentamos y decíamos que fascinante debe ser Shangahi. Hoy, 12 años después, el título del libro parece ser una premonición de las buenas: mi muy buena amiga tiene 2 meses de embarazo y yo, en 2 meses más me voy a vivir a China.            

Nuestro propio Shanghai / Baby.

viernes, agosto 28, 2009

Esperando nada

Como la canción de Nicole.
Ayer después del trabajo, esperé a Caco como 15 minutos afuera de Campus Oriente, donde estoy tomando clases de teatro. En verdad sólo era para saludarnos 20 minutos porque mis clases partían a las 7 y salgo tarde. Y mientras esperaba, habían muchas personas esperando a otras personas cerca mio: un auto con una persona esperando, un señor esperando en un banquito, una mina esperando al lado del quiosco, y yo, esperando en el borde de una vereda. Es rico tener a alguien que esperar y que también te esperen. No tanto eso sí. Y se nota cuando alguien está atento, expectante, viendo si el otro llega. Y así llegó una abuelita a sentarse con el señor, pidiéndole disculpas por llegar tarde, llegó una mina al auto con unos blocks gigantes y manchada de pintura y llegaron unos niños a juntarse con una mamá. Y también llegó Caco. :)
Hasta esta mañana tenía un anillo en un dedo hace 10 años. Me lo compré en la fería de Lican Ray el verano del 99. Valía $2.400 y me lo bajarona $1.700 después de mi convencimiento. Como nunca me saqué el anillo mi dedo se adaptó a él y tomo la forma de sus dibujitos... La mano me cambió en 10 años, menos mi dedo. La cosa es que ya estaba bueno, y este fin de semana le daría un corte al asunto, quemándolo, enterrándolo o tirándolo por la carretera. Lo iba a hacer justo mañana.
Hoy, cuando me estaba levantando, tomé una crema y se me cayó de la mano y para tratar de agararla, apreté la mano contra un borde del closet. Y se rompió mi anillo!!! Justo cuando yo había decidido deshacerme de él, él se deshizo de mi. Ja. Y mi dedo ya está empezando a tomar forma propia.

jueves, julio 09, 2009

Enjoy the silence

104 entradas. Estoy sola de nuevo.

Después de vivir 6 años sola la Monse se vino a vivir conmigo. Y así pasaron casi 5 meses volando, la chicoca terminó el semestre, pescó sus cosas y se fue por 20 días al sur. Igual que yo mi primer semestre de periodismo. Por eso sola. Y me gusta. Tirada en mi sillón como en los viejos tiempos.

Desde enero, la última vez que escribí, han habido bastantes cambios. Vivo con mi hermana, estoy pololeando, le puse piso al departamento y me cambie de trabajo. Creo que al fin tengo paz. Tengo una pieza más grande, tengo más responsabidades, tengo más fotos, más ropa formal, más minutos de celular, más horas de sueño, más zapatos que suenan, más abrazos, más cheques y más contactos en el outlook. Me encanta la palabra más. Como la palabra siempre.

De todas formas, mi paz es moderada.
De vez en cuando, igual me ataca el ataque de pensamiento. Y siempre lo hará :)

miércoles, enero 28, 2009

Cuando me tocó a mí

¡¡Primer post del año!!
2009 comenzó en ascenso y espero que se mantenga así. Debe haber sido porque los últimos días del 2008 vi "El Secreto", ja. El año nuevo estuvo notable, viajé a Miami por trabajo y se vienen mis mini vacaciones. Falta un mes para que mi hermana se venga a Santiago a vivir conmigo. 6 años de vivir sola se acaban, aprovechados a concho y segurisima de compartir con la Monse.
También debo destacar que, demasiada coincidencia, sin saber lo que yo quería, fui yo ahora la niña de las flores con el conserje. Que así como el 24 de septiembre escribí que había un ramo en mi edificio y obvio que no era para mí, ahora sí había uno a las 7 de la mañana un viernes, esperandome con tarjeta y todo.
En 4 días más cumplo 24 años.
Cuando era chica pensaba que la gente de 24 años era TAN grande. Si bien ya no pienso lo mismo, mis seis años en esta ciudad, sumándole los mismos seis años de vida acá, me han acercado al adulto que quiero ser.

jueves, noviembre 06, 2008

Maybe Tomorrow

El martes 4 de noviembre, hace dos días, fui al concierto de Jesus and Mary Chain y de REM con uno de mis mejores amigos. Estuvo increible porque son canciones que me sé hace mil tiempo gracias a mi papá que me hizo escuchar REM desde chica (de hecho me mandé la clásica jugoseada de concierto y lo llamé en una de sus canciones favoritas de ellos) y el otro grupo lo cachaba hace más poco. Y más increible aún porque JAMC tocó una de mis canciones favoritas de todos los tiempos y lo pasé pésimo esperando ante cada canción que esa fuera hasta que llegó, con su inconfundible batería y el primer acorde y arpegio: Just like honey. Ansiosa al máximo, no disfrutando tanto el presente porque estoy esperando lo que viene. Igual lo he aprendido a manejar.

Y mientras esperabamos con Seba que comenzara el cuento y nos sacabamos 71 fotos un poco en contra de su voluntad, me acordé que en la misma fecha, el año 2007, el 4 de noviembre, estaba sentada en las mismas graderias viendo a the killers y otros grupos. Un año entero pasó y se cierran los ciclos y comienzan otros, y todo siempre con música. Hasta un beso aposté unos meses atrás por acordarme de ese concierto. Y ahí estaba, un año después esperando a que todo comenzara. La Irene, quien me acompaño a ver The Killers con Travis ya está de vuelta en alemania. Tengo el pelo mil más largo. Ya llevo 7 meses en un mismo trabajo (bati el record) y ya conozco más países y ciudades que el año pasado al mismo tiempo.

No sé, a mi las coincidencias me gustan. Y siempre me pasan y por eso creo que nunca dejo de sorprenderme y siempre estoy esperando algo. Hay personas que siempre le pasan cosas jugosas, como cuando los amigos dicen: sólo a ti te puede pasar y la embarró que es divertido. Tengo un número en el mes donde siempre me pasa algo desde los 14 años y siempre es algo lindo. Tengo suerte en ese sentido y la agradezco, porque nunca me podría quejar que la vida es fome así. Como cuando justo voy saliendo pero se me olvido algo y vuelvo a salir y estan todos los semaforos para cruzar en verde. O ayer que porque alguien me toco mil fuerte la bocina en la calle me asusté y por eso me di vuelta y caché que no tenia mi chaleco enrollado en la cartera y lo estaba sosteniendo un conserje de un edificio un par de pasos más allá. O como cuando justo un sábado llego mi papa de sorpresa a las 7am y yo habia soplado el dpto. y no había salido la noche anterior a carretear y quedé como una reina.

A veces me siento en una película y la música es mi banda sonora. Y ya tengo canciones para todas las escenas principales.

miércoles, septiembre 24, 2008

Querer a Bárbara

Así decía el subjet del último mensaje que mi abuela de 83 años me mandó por facebook para saludarme. Me gusto. Escribiría un libro así.
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Hoy día en la tarde, cuando llegué de la pega, había un ramo de flores en la conserjería y, aunque obvio que no era para mí, igual estiré la cabeza para ver para quien era, pero el nombre estaba al revés. No sé. En verdad derepente es tan poco lo que se necesita para hacer feliz a una persona (no es que este pasando el dato, a no si no), que me acordé de lo rico que es recibir esas cosas. Que si bien nunca me dejaron flores con el conserje, sí me han regalado en persona, por algo, por qué sí, para pedir perdón o para celebrar. Si me han dejado pegadas flores en el umbral de mi puerta. Sí me mandaron flores al colegio. Sí me llevaron para mi examen de teatro, cuál actriz. Sí me dieron para mi graduación, la del colegio y la de la U. Sí me regalaron flores afuera de una discoteque en Boston en pleno invierno mientras nevaba. Una vez me llegó una flor de genero a mi casa con una tarjetita anónima que después descubrí quien fue. Y también recibí una flor de madera porque quién la regalaba se negaba a cortar una flor. Flores...
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Lo más fome, es que cuando salí a las 10 pm a devolver una película, las flores seguían ahí, tan solas y tan anónimas, y cuando volvi como a las 10:30, aún no tenían dueña. Y que rabia, porque yo había visto las flores tres veces y la niña que las iba a recibir, aún no sabía que estaban ahí y yo lo tenía más que claro. Es la 1:30 de la mañana y estoy a punto de bajar a ver si aún están. Yo no me puedo quejar de falta de flores... pero que te regalen flores siempre va a ser increible.

Afortunada / Francisca Valenzuela. Gracias por la canción.


jueves, agosto 28, 2008

Las cosas que odio

Aunque me acabo de dar cuenta que este es el post número 100 de mi blog, lo que debería significar una presión enorme (sí Cony, te recordé) y debería escribir algo digno de un Pulitzer, no cederé ante tal presión de aniversario y a lo que vine.
Igual, es bueno comentar que como no escribo en un tiempo las cosas han cambiado: por fin recuperé el control de mi vida y mi equilibrio precario ya no es tan precario. Ya no se me sale el agua de la lavadora, no se me quedan las llaves adentro, no se me pierden las billeteras y no voy mal a clases. Aún sigo corriendo, por suerte sin dolor de rodillas, ni patitas y ya cumplí 5 meses en el trabajo y feliz. He vuelto a dominar un poco las emociones (un poqui sí, para que estamos con cosas), también las acciones (otro poqui no más) y la templanza tan pedida siempre en misa (cuando el curita dice: pidan por sus intenciones personales, ahí), casi me ha acompañado. Casi, nunca es suficiente.
Y como todavía son más las cosas que me gustan en la vida que las que no, tengo muy claras las cosas que odio y de esas quiero hablar.
Las últimas semanas hubo 3 cosas que odie de sobre manera:
1. La locura del Iphone: helloooo, es un teléfono, por lo demás cero exclusivo ya que todos lo tienen. Hasta mi papá de 51 años lo tiene hace mil tiempo y solito lo desbloqueó con las instrucciones que google le dio, nada de andar desbloqueándolo con hackers. Saaa.
2. Madonna: a esa si que la odio, como tanto show por verla, por sus entradas y el sistema para comprarlas: primero escriba acá, luego raspe allá, después sople acá y si hace todo eso quizás, sólo si tiene suerte, puede que tenga la posibilidad de pagar las entradas más caras del mundo (este es uno de los casos cuando dice del mundo sin exagerar porque es cierto) para verla del porte de una polly pocket (playmobil o pinipon para los más grandes).
3. Los chinos de las olimpiadas: A ver, no las olimpiadas, odio a los chinos mentirosos. Que los fuegos artificiales de mentira, que las personas galleteadas de barra, pero lo que más, pero más me cargó, fue a la POBRE gordita de angelical voz, que dejaron escondidita detrás del mundo, para poner al frente, a la china flaquita lais, y que ella hiciera como que cantara el himno, con sus chapes (sus moños) perfectos y sus dientecitos parejos... solooo porque la otra era gordita y no tenía un par de dientes. OBVIO si es una niñitaaaa. Si esos chinos desgraciados le pueden hacer eso a una niña de 6 años, eso es lo que representa toda la tontera del mundo. "Pensamos en lo mejor para la nación", si lo mejor es tener a una gordita frustrada a temprana edad. El colmo, y el colmo esos papás que prestaron a la cría. Mal muy mal. Chinos cochinos.
Bueno y hay otras cosas que me molestan, pero es en general; los comerciales de lavalozas o de tallarines (Yo nuncaaa pediii, lo que tu me disteee, lo odio), o de artículos de aseo, que se me quedan pegadas las canciones, como uno que dice "Pasaa que cuando pasaa no rallaaa" y después grita una mina Qué pasaaaa!!!. Bueno, esos, mr. músculo, glade, los aerosoles, detergentes, todos. Tampoco me gustan las personas rogadas, esas que las invitas a un lado y hacen mil preguntas sabiendo que no van a ir, por que no dicen NO, de una y listo. Y lo último, son las alergias, pensando en un zancudo que me pilló en Temuco hace un par de fines de semana y que me dejó como 12 ronchitas en una pierna. Y ahora se vienen los plátanos orientales... esos si que son del terror.
Insisto, son más cosas las que quiero que odio, pero las que me molestan, oh my god que me molestan.

 

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