Una hora antes

Voluntariamente, y a pesar de las micheladas de anoche, hoy me vine al trabajo una hora antes. Es impresionante como en esos 60 minutos de anticipación hay diferencias; está casí todo cerrado (7:50 am), aún no está tan claro, hay menos gente en la calle, hace más frío y los colores no son tan nítidos. Y como me había sacrificado solita, pasé por primera vez en la mañana a comprarme un starbucks, que me queda a la pasada del camino al tabajo pero que nunca me había comprado uno en la mañana. (Si he ido en las tardes, no muchas veces, pero he ido).

Así con mi café, mi abrigo negro, tacos y pañuelo de colores (que le robé a la Vero y no le pienso devolver), llegué al edificio, subí los diarios, abrí los pestillos, prendi las luces, el sistema y aquí estoy. Tenemos demasiado trabajo, por eso llegué una hora antes. Creo que hace semanas que no tengo tiempo para navegar por páginas de farandula, para estar mucho rato en facebook o en blogs. Mi escritorio está inundado de post-it azules y amarillos, revistas, recortes sin ordenar, números de telefono a los cuales tengo que llamar, tarjetas de presentación y papeles que me recuerdan todo. Mi outlook está dividido por 3 colores.

Me encantan las mañanas :)