Para las fotos, tengo fotolog

Luego de pasar por una etapa de narcisismo en febrero y concentración en marzo, he decido volver a escribir. Sí, que para las fotos, tengo fotolog y también facebook, obvio. Hoy mientras curioseaba en un blog de una persona que no es mi amiga, y que tampoco santa de mi devoción, pero que igual la leo, de puro psico, llegué a un montón de blogs tan chistosos, que me motivé.

Llegué a fines de febrero de Brasil y el lunes siguiente me puse a buscar pega. Después de cientos de mails, 12 entrevistas, llamadas y otros, opté por algo y a su vez, ellos optaron por mí. Ideal, es como cuando te gusta alguien y le gustas de vuelta. Así, después de un mes exacto de búsqueda encontré lo que buscaba y hoy ya llevo casi dos semanas trabajando. Me gusta el trabajo, tengo que hacer cosas entretenidas y somos puras mujeres, todas muy buena onda y resulta que si es que no lo fueran, nunca se sabrá por aquí, ya que una de ellas tiene blog, el cual es muy popular y lo más probable es que se pasee alguna vez por aquí. ¡Hola Ale! (por si las moscas digo yo).

El mes de búsqueda igual me sirvió para conocer mucha gente y para darme cuenta que pega de periodista hay, no me vengan a decir lo contrario. Quizás hay para algunos egresados más fácil que para otros, o unos le ponen más ganas que otros, pero definitivamente hay. Y en relación con mi trabajo, que es en una agencia de comunicación estratégica, descubrí algo revelador sobre mi vida en Santiago. Vivo hace 5 años, y lo seguiré haciendo hasta que me saquen con grúa, en un departamento en el piso 11 en el Golf. Luego, mi primer trabajo con contrato (aunque fuera de 5 meses y luego se acabara el programa) fue en el piso 12, en un moderno edificio también en el Golf. Y ahora, en mi segundo trabajo formal, llevo dos semanas en el piso 13, mágicamente a unas cuatro cuadras de mi casa, que en la práctica, podría seguir siendo parte del Golf. O sea... mi próximo trabajo será en el piso 14 y dentro del mismo barrio... y el ascenso en pisos, va directamente relacionado con mi experiencia, vivencias y mi crecimiento, tanto personal como laboral en Santiago.

¿Esta clarísimo verdad?

Por lo menos todo indica que no voy en retroceso. Me voy a sacar el vestido negro con lunares blancos que compré en Venecia (que top) para cambiarlo por jeans y polerón canguro.

Se viene la final de Amor ciego y un par de piscolas.