Porque todavía no pierdo la capacidad de asombro

lunes, octubre 23, 2006

Nuestras confirmaciones


Es para la U, por eso no es tan jugoso.


Hace seis años le pegué un puntapié en el derrière a mi hermana, seis años menor, en la lavandería de mi casa. Una hora después me estaba confirmando, cual santa, en la iglesia San Juan Bautista en Temuco. El motivo del ataque: me había roto un video de un grupo musical que me gustaba mucho ya que, según ella, toda la atención familiar estaba en mí y no en ella. En un acto de venganza, me rompió el video. En un acto de justicia, yo le pegué. Seis años más tarde mi hermana está apunto de confirmarse en la misma iglesia y, como la ocasión lo amerita, debe escoger a una madrina.

Somos dos hermanas solamente y desde el día en que me confirmé, a pesar del puntapié justiciero, supe o más bien asumí, que yo sería la madrina de mi hermana. Veía cómo mis amigos con hermanos mayores llegaban al altar con ellos y pensaba en la fortuna que ellos tenían al tener un hermano mayor. A mis 15 años entonces pensé: “Que suerte tiene la Monse al tener una hermana mayor, cuando ella se confirme yo podré ser su madrina”.

Mi familia es católica y los sacramentos son importantes. Somos todos bautizados, de primera comunión, confirmados, confesados, de misa dominguera y me quiero casar de blanco en una iglesia. Mezcla de tradición o convicción, no sé, pero son ceremonias importantes. Y al ser dos hermanas, toda la vida he pensado que yo seré la madrina de mi hermana en su matrimonio, de uno de sus hijos y por supuesto de la confirmación que se avecina. Es algo obvio para mí.

Pero para la Monse no es obvio. Y ahí empezaron los problemas. Frases como: “me pegaste una hora antes de confirmarte, eres una inconsecuente”, “no lo he pensado”, “no des todo por hecho, déjame ver a mí, no me obligues” opacaron mis ilusiones de ser madrina. La chica tenía por primera vez el sartén por el mango y lo sabía. Está bien. Monse 1 – Bárbara 0, pero justamente esta vez no se trataba de ganar. Para mí es realmente importante, es como un principio, nunca fue una meta. Quizás la sombra de la hermana mayor winner me jugó en contra esta vez. Me dio un poco de pena, pero después pensé “a lo mejor ya eligió en una amiga, ella tiene que ver”.

Ayer mi hermana me llamó por teléfono. “Cómo ya te habrás enterado por la mamá, mi confirmación es el 10 de noviembre”. Muy bien dije yo. “Bárbara, siempre fuiste mi única opción, no había pensado en nadie más, pero me da rabia que siempre des todo por hecho… ¿quieres ser mi madrina?”. En el fondo yo sabía. A lo mejor sí compartimos esos mismos principios. Por algo somos sólo dos.

lunes, octubre 16, 2006

Al final del día

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No la podía dejar de poner.
Así terminó el increible paseo a Fantasilandia ayer.
Una foto de mi pololo marginal.
Con la carita un poco tostada, un poquito de dolor de garganta (tanto grito y emoción fuerte), parte la semana.
Que rico es tener nuevamente alguién con quien sacarse mil fotos.

sábado, octubre 14, 2006

Este Blog está de cumpleaños!!!


Sí. Hace unos días mi blog cumplió un año y por diversos motivos la celebración pasó inadvertida. Pero hoy con el post 51 y con una nueva cara le celebro el cumpleaños. Porque durante un año esta página o interfase, como diría Fernández, sirvió de pañuelo de lagrimas, de muro de los lamentos, de declaraciones de amor y de independencia. Para alegatos contra la sociedad, incoherencias, galería de fotos, chaqueteos, letras de canciones, ataques de alegría, pena o autoestima. Mi día a día después de todo. Lo que quiero decir cuando voy caminando sola, pero que los demás deberían saber. Lo que fui durante un año y los que me rodiaron está basicamente acá y me gusta compartirlo.

Ahora, sin examen de grado, con pololo again y con cara de cumpleaños (ad hoc al aniversario de mi blog), parte un nuevo año de Blog, y si Dios quiere más por vivir y por contar.

Un año más...


jueves, octubre 05, 2006

Pasada de revoluciones

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Acabo de llegar del banco. Después de preguntarle muchas cosas y rapidamente al ejecutivo de cuenta, me dio un dulce y me dijo: "comase esto mejor, para que se calme". Alterada yo? Nuuuncaaaa. Hablando harto, fuerte y rápido? Tampocooo. Cuac!!

Mucho animo sí.
A lo mejor los 3 días de gym me tienen así.
O quizas es que estoy contenta.
Muy contenta.
Y se nota :)

martes, octubre 03, 2006

Pucha que es penca caerse

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Hoy me caí en la calle. A piso en la vereda de Napoleón con Agusto Leguía. Saliendo de mi dpto. camino a clases, gastos comunes recién pagados y trabajo de cine en mano, caminaba rápidamente al metro para llegar a clases (que ya iba tarde), cuando derrepente mis taquilleros jeans doblados abajo se engancharon con un maldito fierrito que estaba en una esquina de la vereda afirmando unos hilos para que la gente no pise el pasto. Volé por los aires y me arrestré por el cemento cual manga de plástico con agua en el verano. De guata al piso. Voló trabajo, voló mochila y celular (guarda Conchi, trabajo llegó a destino). Menos mal en la vereda había un tipo con un chaleco rojo quien rápidamente me desenganchó del fierrito, me ayudó a pararme y me pasó mis cosas. Resultado: trabajo medio arrugado, rodillas manchadas y un raspón en el codo. (ouch!)

No es la primera vez que me caigo y me seguiré cayendo. No sé si por mi pie plano, porque ando apurada o por mi torpeza, me he caído toda la vida. A los dos años me caí del primer peldaño de una escalera; me fracturé el brazo. A los siete años me caí patinando; me fracturé el otro. A los nueve choqué con una pared jugando en el recreo; me esquincé la muñeca. Y otros varios como cuando pasé a kinder una amiga se emocionó al verme y me abrazó y me soltó tan rápido; escáner, directo a la clínica. Otra vez me caí delante del colegio, arrastrándome por unas piedritas, quedando con una linda costrita de frente a pera que me acompañó hasta en la presentación final de gimnasia rítmica. Liiinda me veía. En mallita y con cicatriz. Otra vez me sacaron la silla en clases antes de sentarme... y así. Esto no para.

Ahora estoy en busca de caídas triunfales.
Ya llevo años de entrenamiento. Una vida.

¿Dónde me faltará caerme?
a piiiiisooo caramba!!!

 

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